El líder de la mayoría en la Cámara de Representantes, John Boehner y la demócrata Pelosi.

El líder de la mayoría en la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, y la demócrata Nancy Pelosi.

El líder de la mayoría republicana John Boehner reiteró que no considerará la versión aprobada por el Senado y que retomarán las negociaciones el próximo 10 de julio sobre sus propias propuestas. Tras la aprobación el jueves del proyecto de ley de la reforma migratoria en el Senado, todas las miradas y las presiones de legisladores, la opinión pública y hasta la del presidente Barack Obama apuntan a la Cámara de Representantes que “deberá hacer su trabajo” para continuar con el proceso.

Horas antes a la histórica aprobación en el Senado y anticipándose a todos, el líder de la mayoría en la Cámara, el republicano John Boehner advirtió que no considerará ninguna legislación ni la versión aprobada por el Senado, a menos que tenga el respaldo de la mayoría republicana.

Lo más importante, dijo, es que “los estadounidenses tengan la confianza de que nuestras fronteras están seguras”.

“Nosotros vamos a trabajar en nuestra propia legislación siguiendo el proceso regular, y será una ley que refleje la voluntad de la mayoría de los estadounidenses”.

El líder republicano también señaló que será después del receso por las celebraciones del 4 de Julio cuando retomen las conversaciones con sus colegas en la Cámara de Representantes para decidir cuál será el siguiente paso a seguir en cuanto a la reforma migratoria.

También citó que el primer día de negociaciones será el próximo 10 de julio.

Por su parte, los legisladores demócratas liderados por el congresista Luis Gutiérrez, cedieron la batuta al liderazgo republicano al decir que ahora es “el liderazgo de la Cámara los que deben determinar cómo y cuándo nosotros actuaremos de una manera bipartidista”.

“Este es un gran momento, pero solo estamos a la mitad del camino para llegar a la meta”, añadió.

Utilizando lenguaje propio del fútbol americano, Gutiérrez presionó: “Señor  Boehner el tiempo ‘para iniciar la jugada’ está corriendo”.

Asimismo Gutiérrez considera que las leyes que ha estado evaluando la comisión judicial en la Cámara no reflejan el deseo de los estadounidenses de lograr un acuerdo bipartidista y lo único que hacen es empeorar la situación que viven millones de indocumentados y no arregla el sistema actual.

Las organizaciones en contra de la reforma disienten de esa opinión y apoyan la postura de Boehner. Jack Martin, miembro de la Federación para la Reforma Migratoria en América señaló a la Voz de América que la propuesta aprobada en el Senado “aumenta la inmigración legal de trabajadores provisionales y exige mayor control en las fronteras, pero los trabajadores estadounidenses van a salir afectados porque habría mayor competencia, bajaría el salario en promedio y aumentaría el desempleo”.

Martin también señala que son los representantes y no los senadores quienes mejor leen el puslo de la opinión publica. “Ellos van a elecciones cada dos años, así que van a ser muy cautelosos con lo que aprueben”, afirmó. Voa